MARÍA MENÉNDEZ-PONTE
Samuel vuelve, como cada verano, a Cafarnaún y se reencuentra con Judit, antigua compañera de juegos. A partir de ese momento, su vida se vuelve del revés. Y es que el amor tiene esa fuerza: ilumina, remueve, impulsa. Siempre ha sido así, incluso al principio de los tiempos.