IRVING, WASHINGTON
Los piratas, sujetos renegados de todos los climas y de todos los países de la Tierra en palabras de Washington Irving, viven en este relato sus últimos días de gloria. Como eco lejano de sus sanguinarias hazañas, quedan las leyendas sobre sus tesoros enterrados en playas y bosques, a cuyo cuidado suele permanecer el diablo. ¡Cuán dignos de compasión son los incautos que se atreven a buscarlos! Sufrirán mil y una desgracias entre fantasmas, delirios peligrosos y sueños convertidos en la peor pesadilla, apenas comiencen a emplear la pala.