MANUEL PUIG
Río de Janeiro, mediados de la década de 1980. En el crepúsculo de sus vidas, dos hermanas argentinas evocan el pasado y departen acerca de los amores de una vecina más joven, también argentina, exiliada política, cuyas experiencias sentimentales conocemos al trasluz de sus chismes. Nada más conmovedor, apasionante y divertido que los diálogos de estas dos ancianas para mostrar hasta qué punto las historias de corazones simples no son más que melodramas.
En Cae la noche tropical, Puig eleva a la categoría de literatura el último eslabón de la cultura popular que el faltaba por conquistar: el chisme. Su conocida maestría para el diálogo coloquial y el mimetismo de los clichés expresivos de los personajes se aúnan a su turbadora habilidad para mostrar toda la verdad que hay en el material con el que se construye la novela rosa.